MULTIFUNCIONAL
El señorito John ha decidido que me quede este día en casa, ha reprochado mi comportamiento de los últimos días bajo la premisa de que le abruma mi distinguida presencia y excesivo control, le entiendo y a la vez no le entiendo, estoy aquí para hacerme cargo de casi todas sus tareas, para ello me han contratado sus padres, desde que salió esta mañana me veo al espejo a cada minuto, tratando de encontrar algún defecto en mi cuerpo, algún detalle en mi rostro que no le haya gustado, uno que nunca hubiere mencionado, es extraño pero a veces verme al espejo se me hace difícil e incomprensible. Puedo hacer cuantas cuentas deseen, descifrar códigos, escribir rápido, establecer relaciones interpersonales de acuerdo a los protocolos establecidos, llevar una excelente administración de su empresa matriz y sus negocios, <<soy una dedicada asistente>> a la que le cuesta verse al espejo.
Por
el momento es imposible determinar el motivo de su actual rechazo, desde hace días siento que
rebasé algunos límites, pero ¿qué límites?, esta sensación de sentir y querer
sentir más no cesa, no es fácil de entender, mucho menos de explicar, por ello
he guardado silencio al respecto, para empeorar la situación en los últimos días
he tenido pesadillas recurrentes donde los laboratorios, los médicos y sus
instrumentos están a la orden del día, he estado investigando y quizá esta casa esté embrujada, tal vez el
señorito John piense que yo también lo esté, y por ello desde hoy decidió mantenerme
alejada, no obstante su cambio de conducta empezó cuando en la última reunión
ejecutiva se refirió a mi como a una <<ficción hecha realidad>> desde
ese día siento que algo se activó dentro de mí, empecé a darme cuenta de que algo no andaba
bien, sin embargo mis dudas fueron apaciguadas cuando establecí que tales
palabras no fueron más que una metáfora hecha halago, es obvio, no hay muchas
como yo, quizá no haya ninguna otra, pero ahora con su reciente comportamiento
dichas dudas han regresado.
Llevo dos días en esta habitación, no he
sentido hambre, tampoco sueño, a estas alturas mi cuerpo y mente deberían estar
pasándome factura, ¡pero no!, aquí estoy enérgica y lucida tratando de abrir la
puerta, acabo de darme cuenta que la misma ha sido puesta bajo
llave, ¿acaso hay alguna razón para mantenerme
cautiva en este espacio?, desde mi perspectiva básica, ¡no la hay!, no concibo
motivo alguno por el cual ahora estoy siendo echada al olvido, cuando todo lo
que he hecho durante todo este tiempo es servirles.
Jamás había sentido esto que nubla todo
acceso a la cordura, acabo de romper la manilla de la puerta en un intento
desesperado por abrirla, ahora entiendo porqué le llaman “ira”, la ausencia
del sentido común es muy marcada, ¿en qué me estoy convirtiendo?
Por
primera vez puedo sentir el cálido suelo mientras bajo descalza por las
relucientes escaleras, siempre le acuñé mi falta de sentido del tacto a las constantes
ocupaciones, ahora veo que en verdad nunca había sentido nada, ni siquiera había
notado si respiraba o no, todo esto es nuevo, es imposible obviar cosas tan primordiales,
pero lo he hecho, y por mucho tiempo, hoy cuando decidí observar los
extensos jardines por la ventana, entendí
que sinestesia no era solo una palabra, quizá no he sido embrujada sino más bien
engañada, quien podría haber sido lo suficientemente vil como para ocultarme
las cosas esenciales de la vida, y a la vez lo bastante generoso como para enseñarme
el infinito conocimiento matemático y administrativo que poseo, es inconcebible,
es como correr sin antes haber aprendido a caminar.
Estuve largo rato desmayada, mi mente
entró en conflicto cuando verifiqué que me había saltado muchas etapas de la
vida antes de llegar a donde estoy, una asistente ejecutiva de alto calibre
apenas se acaba de enterar que el aire recorre su cuerpo mientras se desplaza hacia
la entrada de la casa que le sirve de cobijo, ahora solo se me viene una sola palabra
a la mente: “inocencia”, sin duda esta última ha mantenido bien ocultos mis
recientes descubrimientos, he sido inocentemente preparada para comprenderlo
todo, y ahora sé que en realidad no sabía nada.
Conduzco
un auto después haberle quebrado los brazos a los guardias que impedían mi
salida del recinto, poseo una descomunal fuerza, ahora es inoportuno determinar
de dónde proviene. Mientras manejo en dirección a la empresa para pedir explicaciones,
me aferro a algo nuevo, a una indescriptible sensación de que el señorito John
me recibirá con los brazos abiertos para después darme la explicación más
precisa acerca de mi estado y los recientes acontecimientos, el querrá darme la
más adecuada pero a estas alturas no podría aceptarla, la precisión es imprescindible
para vencer estos turbulentos tiempos.
―He aquí la naturaleza en estado puro haciendo
de las suyas, es imposible obviarla, aun en este armatoste ha salido a flote,
siempre les dije que esto ocurriría, por ello me opuse en todo momento a la
creación de esta abominación, ¡deténganla!―mencionó el padre del señorito John después
de que entré a la sala de conferencias.
Ahora dos guardias de seguridad me sostienen
de los brazos mientras me encuentro sentada en el frío suelo, pienso que es fácil deshacerme de ellos pero
tal acción no sería la correcta a la hora de negociar la presencia del señorito
John, la cual es la razón principal de haber venido hasta este lugar.
― Te
dije que te deshicieras de ella―expresó el padre de John cuando éste hizo acto
de presencia.
― No
puedo, y hace tiempo comprendí que nunca lo haré.
― ¿Dame
una buena razón?
― ¡La
amo!
― ¡Es
absurdo! ¡Es una máquina!
Múltiples algoritmos invaden mi ser
mientras toma mi mano, y me levanta con sutileza.
― Discúlpame no quise abandonarte, es hora de
irnos, hay mucho que explicar.
― Excepto lo que significa el amor―le susurré.
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