El estrés es uno de los enemigos
a vencer en la actualidad, podría decirse que actúa como un asesino en serie,
ya que sin sospecharlo nos sigue a todos lados para después terminar dándonos
la estocada final, antes de notarlo o de aceptarle. Es frío, calculador, y analítico,
lee todas nuestras debilidades antes de abalanzarse sobre nosotros, aprovechándose
principalmente de la energía extra que gastamos diariamente debido a circunstancias
habituales que en su mayoría son engorrosas (trabajo, trafico, estudio, entre
otros), a continuación presento una pequeña guía para hacer frente a tan grave fenómeno:
1.- Escucha a tu cuerpo
En los días
actuales ponemos todo sobre la mesa a fin de lograr los objetivos planteados
para el momento. El afán por alcanzarlos suele convertirse en una pequeña
pesadilla diaria, haciendo que obviemos incluso las señales de alerta dadas por
nuestro cuerpo, algo que sin duda puede afectarnos a corto, a mediano, o largo
plazo, dependiendo del individuo y de las circunstancias. "A mayor
entendimiento mejores resultados", es imprescindible entender los
llamados de alerta que hace nuestro interior, a fin de evitar males peores
(enfermedades crónicas), por ejemplo: un pequeño dolor de cabeza puede que no
sea tan solo eso, es decir, puede ser el indicio de un mal aún mayor. Al
escucharnos podemos someternos al auto control, aun y cuando las circunstancias externas
sean adversas, eso nos dará una magnifica ventaja al momento de determinar la
treta o emboscada que nos tiene preparada nuestro letal enemigo.
2.- Comparte tus inquietudes
Como sabemos el estrés causa desgaste físico y
mental, al igual que puede devenir de una circunstancia física o de una mental.
El no compartir cualquier deseo, inquietud o problema reprimido, seguramente
derivará en un estado mental nocivo, que afectará sin duda a nuestros cuerpos y
vida. Una amena conversación puede ser más saludable de lo que pensamos, en
ella podemos drenar toda la angustia acumulada, se comportará como una válvula
de escape que sin duda nos reconfortará y hará entrar en razón, permitiéndonos
reconocer que la principal causa del problema es no hablar sobre ellos, para
luego acudir a posibles soluciones. Recuerden: Mente sana: cuerpo y
vida sana.
3.- Escapa de la rutina
La rutina es un fiel aliado del estrés, sin duda es
su ingrediente principal por excelencia, afortunadamente tenemos a la mano,
variadas formas de hacerle frente. Desde un viaje, hasta cambiar la hora y el
lugar donde tomamos el café, puede contribuir a fortalecernos contra él, no hay
momento, ni lugar definido en el que no podamos echarnos la llamada escapadita
(coloquialmente hablando) para contemplar la vida desde otros ángulos, en mi
concepto el cambiar de sitio o lugar al
menos por un momento es el mejor bálsamo para curar las heridas causadas
por el trajinar diario.
4.- Mantén la calma
Algunas situaciones cotidianas sin duda nos cargan
al punto de hacernos perder la cabeza, trayendo consigo alteraciones mentales y
físicas, que en su mayoría causan un desequilibrio químico en nuestro interior.
Es imprescindible adueñarnos de la razón ante la presencia de circunstancias
adversas, todos los problemas terrenales tienen solución, muchas veces pensamos
que su resolución está a años luz cuando en realidad puede estar a la vuelta de
la esquina, en todo caso en nada ayudará el perder la calma, puesto que ello no
es un elemento determinante para la consecución del fin, al contrario esto hará
más difícil coronarlo.
5.- Haz ejercicio
En la mayoría
de los artículos de la red que tratan sobre este tema, sobresale este punto,
solo por una sencilla razón, es nuestro
principal aliado a la hora de combatir el estrés, su ejecución diaria hace
que liberemos las llamadas “hormonas de la felicidad”, por eso no ahondaré
tanto en el tema. Recuerden: cuerpo sano: mente y vida sana.
Por último solo diré que seas feliz, si siempre lo estas jamás padecerá de estrés, y en caso de que intente aparecer te aseguro que desaparecerá tan rápido como lo pretenda, es cuestión de actitud y aptitud.
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