Hay días en los que sientes que el éxito nunca llegará a tu vida, a
pesar de que te esfuerzas en cada tramo de tu “Dulce Existencia”; horas y
minutos en los que sientes que entre más recorres, tus objetivos se
tornan inalcanzables, lejanos e imposibles.
“Suena contraproducente pero si encajas
perfectamente en lo anterior quiere decir que no vas mal, y estás en el
camino indicado”.
El “ÉXITO“,
aquello que la mayoría creé está reservado para pocos, para una élite, o
tipos de personas en particular, puede que sea cierto, pero eso no es
lo importante. Lo importante es que sigas con lo que haces, podría
parecer vana o simple la recomendación, pero es lo ideal, nos
preocupamos más por alcanzar el éxito que por disfrutar su camino.
En el camino al éxito los grandes
escritores han plasmado sus mejores obras, dándole forma a etéreos, y
grandiosos pensamientos; en ese transitar famosos escultores han
apuntalado a sus musas espectaculares rostros, y otorgado cuerpos de
ensueño; en esa dura vía premiados directores han sacado lo mejor de
cada actor, de cada cuadro, o toma, para extasiar a un público cada día
más exigente.
A continuación compartiré una anécdota de nuestro amigo Ethan:
Ayer en la mañana Ethan se levantó de
buen ánimo, la inspiración le colmó cada ruta cerebral, derrochando,
palabras, oraciones y situaciones sin cesar, no veía el momento de
ocupar el computador, una vez lo hizo, notó que habían varias
notificaciones de las diferentes redes sociales, en las cuales hace
vida, ellas solo traían consigo burlas, criticas rimbombantes y
recomendaciones especulativas de quienes erróneamente pretendían ser
expertos en literatura, toda aquella algarabía mediática recaía sobre un
poema de 5 líneas que la pasada noche, inspirado escribió y decidió
compartir para probar suerte, con la excusa de ver el impacto que
causaría entre quienes se hacen llamar sus amigos y seguidores, el
resultado fue desastroso, coloquialmente hablando diría “que le dieron
hasta con el tobo”, a pesar del bache, estaba decidido a seguir con los
proyectos literarios pautados, aunque de momento sintió una exacerbada
molestia, la cabeza que sostenía su delgado cuerpo era un hervidero, las
palabras se extinguían, las situaciones que temprano imaginó empezaban a
esfumarse, la inspiración trataba de huir despavorida, para colmo el
teléfono no paraba de sonar… y por supuesto no faltaba que le surgiera
otra ocupación: !Ethan! ve al mercado, y busca algunos tomates, a por
cierto tampoco hay frutas así que trae algunas manzanas―dijo su madre
con voz de mando desde el lugar que diariamente profana (la cocina). Fue
en ese instante, que sus pensamientos se tornaron turbios, borrosos,
inverosímiles, toda aquella inspiración mañanera, acabó en un completo
caos, su ánimo huyó desconsolado, y optó por apagar el computador.
Pasaban días y noches, y la inspiración no llegaba, se decía: ―¿De que
vale la inspiración si no soy lo suficientemente bueno, sino les gusta
lo que escribo? Además no tengo tiempo, siempre algo aparece de la nada y
perturba la tarea iniciada.
Ethan cometió un grave error al sacar
tan palurda conclusión: Dejó de importarle lo que inicialmente pensaba,
lo que en realidad vale más que nada, dejó de creer en sí mismo (la
única válvula de escape conocida y posible, para rebasar cualquier
impase u obstáculo), le prestó atención a los demás, no así a su
creatividad, distanciándose del camino.
El camino al éxito está
lleno de obstáculos, críticas, sinsabores y de situaciones explosivas
dirigidas a destruirlo, a acabar con tu motivación.
Así que creé aunque no crean”, tampoco importa si surgen otros llamados, lo importante es minimizar las situaciones adversas y que siempre des lo mejor de ti.
“Nunca cambies la inspiración por excusas”.
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